Ing. Agr. Roberto R. Casas*
La urbanización de tierras agrícolas se presenta en la actualidad como una problemática mundial, que instala al uso del suelo en el centro de la reflexión y debate sobre lo urbano. La problemática de la clausura antrópica definitiva de tierras agrícolas a manos del desarrollo urbanístico es mundial y permite instalar el uso del suelo en el centro de la reflexión sobre el ordenamiento del territorio, a los efectos de encontrar soluciones consensuadas entre diferentes actores que hagan posible su sostenibilidad en relación a la producción de alimentos y servicios ecosistémicos. El deterioro creciente del ambiente, cada vez más visible y evidente, está generando una fuerte conciencia ambiental que situa, inevitablemente, la cuestión ecológico-productiva en todas las discusiones, acrecentando la visión del territorio desde una perspectiva integral. Las ciudades crecen de manera dispersa, extendiéndose a lo largo de los principales ejes de comunicación, estableciendo emplazamientos residenciales, productivos y terciarios de manera desordenada en el territorio (Morán, 2010).
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en el informe sobre el estado de los Recursos de Tierras y Aguas del Mundo, advierte sobre impacto del crecimiento demográfico, la urbanización y el cambio climático. El informe señala la necesidad de alimentar a una población mundial que ha crecido actualmente hasta cerca de 7.300 millones de personas, y que más del 35 por ciento de la superficie terrestre libre de hielo del planeta se ha destinado a la agricultura. Según este informe, la urbanización está haciendo pagar un precio elevado ya que el rápido crecimiento de las ciudades y las industrias ha degradado áreas cada vez más amplias, a través de la contaminación de suelos y sellado de forma permanente bajo el asfalto y el cemento (FAO, 2011).
En este sentido, se consigna la experiencia negativa de importantes municipios de países de Europa, en los que la mayor parte de los suelos agrícolas de alta capacidad productiva fueron sustituidos por infraestructura urbana, trayendo aparejado la revalorización de los suelos agrícolas remanentes más próximos a la ciudad en función de la fuerte presión urbanizadora (Valera Lozano et al.,2016). Otro problema importante es la pérdida de calidad y cantidad de las reservas de aguas subterráneas, por el exceso de demanda de las actividades productivas y residenciales y la falta de renovación, dificultada por el sellado de terrenos permeables ( Fernández Peraza y Fernández, 2014).
En áreas rurales de nuestro país, próximas a ciudades y poblados, se presentan situaciones similares a la descripta precedentemente, debido al desarrollo inmobiliario con el consecuente avance de las urbanizaciones no planificadas, que deja una enorme huella de clausura y destrucción de suelo fértil. La expansión urbana residencial hacia la periferia rural se traduce en una competencia por el territorio entre diferentes usos del suelo y actividades: aumento de la ocupación de nuevas superficies con la consiguiente ampliación de los límites físicos de la ciudad y la retracción de suelo rural. Así, los suelos agrícola-intensivos van cediendo lugar a una ocupación relacionada con el uso residencial, recreativo e industrial, entre otros (Frediani, 2009). En algunos municipios los gobiernos optaron por un perfil de desarrollo, en donde los country y barrios privados son considerados “industrias sin chimenea”, fomentando su instalación en la jurisdicción a través del ordenamiento territorial sancionado que zonifica vastas áreas como residenciales exclusivas, considerando incompatibles con este objetivo determinadas actividades agropecuarias (Feito, 2011).
El crecimiento del conglomerado urbano de la Región Metropolitana Buenos Aires (RMBA) comprendida dentro de la denominada geomorfológicamente Pampa Ondulada Alta y en menor medida Pampa Ondulada Baja, muestra a través del análisis de la morfología superficial y las redes de drenaje de los suelos, que el mismo se realizó a expensas no solamente de las mejores tierras agrícolas, sino también de tierras de aptitud ganadera y humedales. Esto reduce la superficie destinada a la producción de alimentos y en el caso de la ocupación de humedales, lugar natural depositario de excedentes hídricos, trae aparejado graves inundaciones en sectores urbanizados preexistentes. Efectivamente, en los años noventa, por vía de la consolidación de un modelo aperturista, una serie de emprendimientos, tecnologías y servicios urbanos desembarcaron a través de las autopistas más allá del segundo cordón, hasta unos 90 kilómetros de distancia, reconfigurando y complejizando el periurbano (Barsky, 2005). Se produce así una modificación y fragmentación del ecosistema natural, no solamente con pérdida de tierras agrícolas sino también con diversos tipos de modificación de los suelos y el paisaje, con consecuencias ambientales y sociales (Morrás, 2010). El crecimiento de la urbanización se produjo a expensas de tierras aptas para la producción agropecuaria y también de ecosistemas nativos de singular interés, en dos dimensiones sobre las que deja su rastro: la huella paisajística y la huella ecológica. La huella paisajística incluye el área urbanizada más la impronta que deja el aglomerado urbano en su entorno debido a la utilización de recursos naturales. La huella ecológica incluye a la tierra productiva y los cursos y cuerpos de agua requeridos para producir los bienes consumidos y recibir los residuos que generan los habitantes de la ciudad.
Se requiere por lo tanto generar la información necesaria para la planificación de las nuevas urbanizaciones contribuyendo así a la preservación de la tierra de aptitud para el uso agropecuario y los ecosistemas nativos de singular interés. Entre éstos, merecen destacarse los humedales, que en estas regiones adquieren una particular importancia como áreas de protección y regulación del ambiente. Desde la Cátedra de Edafología de la UM, con participación del Instituto de Suelos del INTA se desarrolló el proyecto Estudio de la aptitud de las tierras de uso agropecuario para la planificación de las urbanizaciones en sectores rurales de la región metropolitana de Buenos Aires, con participación de Roberto Casas, Rubén Godagnone y Juan Carlos de la Fuente. A través del proyecto se analizó sincrónicamente la distribución espacial de la aptitud de los suelos de siete de los partidos más periféricos de la RMBA, correspondientes a los sectores oeste y sur de la denominada tercera y cuarta corona de la región, en la consideración que al estar más alejados del origen de “la mancha urbana” aún conservan porcentajes mayoritarios de sus territorios sin urbanizar. Esta información es imprescindible para guiar la planificación de procesos de urbanización futuros, de modo de preservar los mejores suelos para la producción agroalimentaria, así como los ecosistemas situados en áreas deprimidas.
El estudio se enfocó en los Partidos de Lujan, General Rodríguez, Marcos Paz, General Las Heras, Cañuelas, San Vicente y Coronel Brandsen, dado que en éstos aún existe una predominancia espacial de superficies rurales sobre las urbanizadas. La urbanización de tierras agrícolas en los siete partidos alcanza a 27.940 has., mientras que la de ambientes deprimidos a 32.120 has. Si bien quedan aún sin urbanizar 154.779 has. de suelos agrícolas y 228.655 has correspondientes a áreas deprimidas, se considera que los suelos de clase de Capacidad de Uso IV, que suman 118.385 has en los siete partidos analizados, aparecen como los más adecuados al presentar fuertes limitaciones para la producción y no estar ubicados en áreas deprimidas (Casas et al., 2019). Descontando la superficie ya urbanizada, quedaría un total de 76.975 has. para el crecimiento ordenado de las futuras urbanizaciones. Un elemento de gran interés en la definición de la estructura territorial, es la identificación y protección de áreas de interés singular, tales como riberas de arroyos y rìos, áreas deprimidas, áreas vitales para la preservación del paisaje, conexión de los ecosistemas y conservación de la biodiversidad.
El presente estudio determinó que la urbanización en general se realizó sin considerar las geoformas del terreno y la aptitud de uso de los suelos, ocupando actualmente porcentajes bajos de la superficie de los partidos estudiados. Ello permitiría una planificación adecuada de futuras urbanizaciones sobre las actuales áreas rurales. Se debe evitar el sellado definitivo y/o destrucción de suelo natural, mediante el uso de la información edáfica adecuada para una planificación sostenible. Ello permitirá, a través de la aplicación de políticas específicas, alcanzar un crecimiento del entorno urbano sin afectar al territorio agrícola, evitando o minimizando los conflictos sociales.
Bibliografía
- Barsky A. 2005. El periurbano productivo, un espacio en constante transformación. introducción al estado del debate, con referencias al caso de Buenos Aires. Scripta Nova: Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales. Universidad de Barcelona. Vol. IX, n° 194 (36). Barcelona.
- Casas R.R.; Godagnone R.E. y J.C. de la Fuente. 2019. Estudio de la aptitud de las tierras para uso agropecuario para la planificación de la urbanización en sectores rurales de la región metropolitana de Buenos Aires (RMBA). Revista de Investigaciones Científicas de la Universidad de Morón. Año 3, N° 6. Pp. 27-41
- FAO – The Food and Agriculture Organization of the United Nations-. 2011. The estate of the world’s land and wáter resources for food and agriculture. Managing systems and risk. ISBN 978-92-5-106614-0. 285pp
- Feito M. C. 2011. Problemáticas socioambientales producidas por el avance de urbanizaciones sobre producciones intensivas del periurbano de Buenos Aires. Nadir: Revista electrónica de Geografìa Austral. Año 3, nº 2. Editorial Universidad Autónoma de Chile Sede Talca. ISSN: 0718-7130.
- Fernández Peraza C.J.; C.S. Martín Fernández. 2014. Cambios de usos del suelo en espacios periurbanos de alta calidad agronómica en canarias: la Vega Lagunera (Tenerife) como ejemplo. Revista bibliográfica de geografía y ciencias sociales. Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9796. Depósito Legal: B. 21.742-98. Vol. XIX, nº 1078.
- Frediani J. C. 2009.Las nuevas periferias en el proceso de expansion urbana. El caso del Partido de La Plata. Geograficando: Revista de Estudios Geograficos, 2009 5(5). ISSN E 2346-898X.
- Moràn N. 2010. La red ecologica de Bologna (Italia). Un sistema territorial de nodos y corredores verdes que recupera las estructuras rurales y el paisaje agrario tradicional. En: El espacio agrícola entre la ciudad y el campo. Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz y Universidad Politécnica de Madrid. 2010. España. Pp. 51-61. Versión HTML disponible en http://habitat.aq.upm.es/ eacc/
- Morràs H. 2010. ¨El ambiente físico del Área Metropolitana de Buenos Aires¨. En: Dinámica de una ciudad. Buenos Aires, 1810-2010. Dirección General de Estadística y Censos. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. 536 páginas; ISBN 978-987-1037-95-7. Pp. 25-62.
- Valera Lozano A., Añó Vidal C. y J. Sánchez Díaz. 2016. Transformación de usos agrícolas tradicionales en superficies construidas. Cambios en los usos y coberturas del suelo en el municipio de Valencia (1956- 2012). Estudios Geográficos, Vol. LXXVII, 671-692. ISSN: 0014-1496. Pp. 671-692.
*Profesor Titular de Edafología, Universidad de Morón.